Primera parada: Sydney encantadora y el shock cultural

Primera parada: Sydney encantadora (o como dirían acá, we all love Sydney) y el shock cultural que he vivido.

Cómo explicar todas las emociones que he sentido estos días. Sentimientos encontrados. Alegrías varias por conocer al fin un nuevo continente, un nuevo país, Sydney, una ciudad encantadora, una postal que siempre vi en fotos pero que hoy puedo decir que las fotos son mías y que YO ESTUVE AHÍ. Pero también hay tristezas, extraño a mi familia y mi cama y mi pieza y mis comodidades. Que mi mamá me espere con la once lista, irme de happy hour con mis amigas, el ritual de ver el Festival de Viña aunque no me guste… ¡el pan con palta!

Sydney encantadora

Despedida en el aeropuerto de Santiago

Finalmente llegué a Sydney (después de un viaje de 17 horas, que no fue tan malo como pensé que sería) y parezco una niña. Todo es tan nuevo y tan conocido a la vez. Había visto el Opera House mil veces en fotos y televisión, pero ahora que lo veo con mis propios ojos pareciera que no es tan grande, tampoco es tan magnífico. Lo veo en todos sus ángulos, de día y de noche, sola y acompañada, y se hace REAL. ¿Les ha pasado alguna vez?

Shock Cultural.

*Primero aclaro que vivir un shock cultural no significa nada bueno ni malo, sino que se refiere a situaciones o costumbres de otros países/lugares  que son diferentes a las tuyas y que por eso te provocan un desequilibrio, o un asombro, sólo por falta de costumbre.

Dicen que Sydney es una de las mejores ciudades para vivir. Y así parece. Es sumamente tranquilo (me da mucha confianza y seguridad), todo funciona como reloj (mi tren salía a las 20.32 y salió a las 20.32) y tienen una cultura del orden, limpieza y reciclaje súper potente. No hay graffitis en las calles (sólo en algunos lugares autorizados) y en todo lugar hay basureros que separan la basura orgánica y la reciclable.

Sydney encantadora

Opera House – Febrero 2016

Apenas salí del aeropuerto me enfrenté a algo que aún no me acostumbro al cien por ciento y que podría costarme la vida: cruzar la calle. Creo que es el peor shock cultural que he tenido acá. Es que aquí manejan en sentido contrario. El conductor está a la derecha en el auto y en todas las calles y demases hay que mantener la izquierda. Oh shit. Para cruzar la calle hay que mirar a ambos lados pero cuesta acostumbrarse a que los autos vengan al revés. Si incluso para tomar la micro he tenido problemas y siempre tengo que estar fijándome si me paré en el lado de la calle correcto.

Y esto es en todo: cuando vas por la vereda debes mantener tu izquierda para no toparte de frente con los que caminan en sentido contrario y te miren feo. O cuando subes las escaleras del metro, quienes se detienen van en la izquierda y quienes suben corriendo van en la derecha. Ya más de una vez he entorpecido el paso de la gente porque mi cuerpo se va automáticamente a la derecha, jajaja.

Sydney encantadora

Sydney Harbour Bridge – Febrero 2016

Otra cosa que me sorprende y me gusta es que acá no hay gente que te ayuda por propinas, o muy pocas. Me refiero a que no hay estacionadores, ni chicos que te limpian el parabrisas en el semáforo, ni los niños de las bolsas en los supermercados. Incluso no hay meseros como tal: te toca ir a la caja en el bar o restaurante y comprar tus cosas, si son pequeñas y te las entregan altiro las cargas tú a tu mesa, y si es un plato que se va a demorar en salir te dan un número que pones en la mesa y alguien después te lo lleva, pero no hay ningún «servicio» asociado por el cual debas dar propina.

Sam, que vivió en Chile un año y es el único australiano con el que he compartido hasta ahora (sí, créanlo o no, llevo más de una semana en este país y solo me he relacionado con extranjeros) (obvio que no cuentan los vendedores o similares con los que apenas interactúo) (y ni eso porque la mayoría son asiáticos)… Bueno, como me dijo Sam, comparado con Chile this is a tip free country (este es un país libre de propinas).

Sydney encantadora

Bueno, él sí pedía propinas 🙂

Por último, otro gran shock cultural que he tenido es que no me esperaba ver tantos asiáticos en esta parte del mundo. No por nada muchos le dicen Australasia. Vienen de vacaciones, vienen a trabajar, hacen familia, vienen porque sí. ¡Es que está lleno! Chinos, japoneses y coreanos por montones, algunos filipinos y otros vietnamitas también. La mayoría de los vendedores en cualquier tipo de tienda son asiáticos. Imagínense lo difícil que ha sido comunicarme con ellos. Si es complicado entenderlos hablar español (nunca olvidaré cuando un chino por teléfono me decía «estamos celados, no hay alos no hay papa flita, estamos celados») es diez veces más complicado entenderlos hablar inglés que no es mi lengua nativa.

Sabía que los turistas asiáticos adoraban las fotos, pero verlos sacarse mil selfies una y otra vez es woooooh. ¡Y las niñas se arreglan tanto! Como si fueran a ir a una fiesta… No hay ninguna que destiña, ninguna despeinada o con ojeras.

Sydney encantadora

Selfie time, all time

Bueno, no voy a hablar ahora de los bichos y animales exóticos aún. Eso queda para otro post. Pero sólo diré que me está sirviendo para prepararme psicológicamente para mi llegada a tierras asiáticas. Tampoco de las playas lindas y el paisaje impresionante, que también irá en otro post (más australiano que sydnense o como se diga).

Ahora cuénteme ustedes: ¿han vivido un shock cultural? Puede ser incluso en su propio país. ¿O los que ya conocen Sydney, concuerdan conmigo? ¿Qué más agregarían a la lista?.

Saludos viajeros!!

Comments (7)
  1. Fran Opazo febrero 28, 2016
    • La Nico febrero 28, 2016
  2. Jairo marzo 4, 2016
  3. Gonzalo Galdames marzo 8, 2016
    • La Nico marzo 8, 2016
  4. Ana mayo 30, 2016
    • La Nico mayo 30, 2016

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