Maldita Incertidumbre
Maldita sea: estoy muriendo de incertidumbre.
Un día le preguntaron a Siddhartha que qué es lo que sabe hacer, y él responde que sabe pensar, esperar y ayunar. En mi caso, claramente yo no sé (no puedo) ayunar, porque me encanta comer. Y sí, puedo pensar, claro, suelo pensar, es algo que se me da… fácil. Pero, de estas tres me destaco en esperar. Soy muy buena esperando. He aprendido a esperar, me forjaron así, me gusta y lo practico a diario: espero la micro en la mañana, espero que avance la hora, espero que llegue la gente que siempre llega tarde, espero que pase algo, espero que algo deje de pasar.
PERO (siempre hay un pero) a ratos es terrible esto de esperar, porque te ataca la incertidumbre:
En resumen:
Incertidumbre -según yo- es el desconocimiento seguro y claro de algo que puede provocar temor. Es una sensación fea, que a veces no te deja dormir y que batalla con tu mente. Puede llegar a ser incontrolable, y podría provocarte el hacer cosas que no harías en un estado «normal». A veces, en raciones pequeñas, puede ser entretenida y parecer desafiante. Pero cuando se torna constante podría paralizar un cuerpo llenándolo de miedo y, así, sumergirlo en un estado de inactividad dañino.
Esta sensación crece a causa de la espera de forma proporcional: mientras más esperas, más incertidumbre tienes, y entonces más paralizado terminas.
¿Les ha pasado que se meten a un concurso para el cual se prepararon o tuvieron que trabajar harto, y después de entregada la postulación deben esperar y esperar y esperar a que publiquen los resultados? ¿O que alguien importante les dice «tenemos que hablar»? ¡Qué terrible es la incertidumbre de no saber qué va a pasar!
El consuelo es que sí se puede manejar… pero es tan difícil 🙁
Y por eso ahora muero de incertidumbre. Soy débil, lo siento.
Les cuento: lo que pasa es que ya hace meses que firmé el contrato con AIESEC (para irme de voluntaria al sudeste asiático) pero aún no concreto nada y no sé qué va a pasar con mi vida. Se supone que en dos meses debería irme de Chile, pero aquí estoy: aún en mi oficina, sin pasajes, sin proyecto, sin el permiso aprobado, sin visa y sin vacunas.
Lo que me consuela es que sé que encontraré una solución a esto. Quizás deba aplazar la fecha de inicio del viaje. O quizás deba dejar mi trabajo antes para dedicarme un mes completo a hacer todo lo que no hice en estos dos años de preparación. Bueno, no sé, invocaré mi «saber esperar» y esperaré a ver qué pasa. Lo peor que me podría pasar es que esta espera se extienda aún más, y eso no es tan malo después de todo.
¿Les ha pasado algo similar alguna vez?
¿Los ha matado la incertidumbre?
¿Tienen algún secreto para poder combatirla?
Espero sus comentarios 😀
¡Actualización!
Después de escribir este post pasaron los dos meses de los que hablaba y no me fui. Cambié de planes y atrasé el viaje. Tiempo después sí encontré la pasantía. Me vacuné. Pedí los permisos en mi oficina. Compré los pasajes. Me ordené. Parece que todo es cosa de ordenarse. Y de proponerse las cosas en serio.
Me encantaria saber tu reflexion sobre la incertidumbre ahora que estas por terminar tu viaje por el sudeste asiatico. Mi opinion me la reservo para no sugestionar la tuya ahora.
Besos
Debería auto leerme de vez en cuando… Quizás las cosas han cambiado. Un saludo, Andrés!