Ideas Sobre Singapur (o lo que tienes que saber antes de ir)
Ideas sobre Singapur
La República de Singapur es un país nuevo. Se independizó de Malasia recién en 1965, dos años después de que Malasia se independizara del Reino Unido. Es por esta mixtura que tienen cinco idiomas oficiales (inglés, malayo, chino, mandarín y tamil) y que puedes sentir en todos sus rincones un aire de paz y buena convivencia. Todo esto hace que se te vengan un millón de ideas sobre Singapur a la cabeza.
Es el país más pequeño del Sudeste Asiático. Tan pequeño, que dicen que la única ciudad es su capital y nada más. De todas formas, puedes encontrar otros poblados en una de las sesenta y tres islas que lo conforman.
Singapur era uno de los países «que sí me podía perder» cuando estaba planeando este viaje. Lo que pasa es que no sabía mucho de él, y al ser tan chico creía que no tenía mucho que ver ahí, o que no había mucho que aprender. Oh, pobre pajarita inocente. Por suerte el tiempo me demostró lo contrario.
Mientras estaba en Filipinas, conocí a Olivia, otra de las voluntarias de AIESEC, quien era de este país, y me ofreció alojamiento en su casa cuando supo que yo iba a estar recorriendo Asia por un tiempo. Y luego, mientras buscaba pasajes de salida, uno de los más baratos que encontré era para Singapur, así que tomé la decisión de ir. Cinco días sonaban perfectos para descansar y ver la ciudad, pero estúpidamente (algo que me caracteriza) conté cinco días incluyendo el de llegada y el de salida, por lo que al final sólo tuve tres días completos en los que me tocó correr para alcanzar a hacer todo lo que Oli tenía planeado para mí.
QUERIDA SINGAPUR.
Llegas y te reciben con los brazos abiertos. Con un aeropuerto de lujo y dulcecitos mientras pasas por policía internacional. Todo bien ordenado. No hay demoras porque todo funciona a la perfección. Ni si quiera tienes que andar preguntando a dónde ir para tomar un taxi o un bus, porque está todo perfectamente señalizado en, al menos, tres idiomas.
La casa de mi amiga es grande, y me cuenta que vivir en Singapur es carísimo pero no es difícil. Está todo tan bien controlado que no hay gente pobre. O al menos no se ve. Con lo que cuesta una «solución habitacional» en Singapur, yo en Chile podría comprarme una casa de lujo en el barrio alto. Pero los singapurenses que no pueden pagarla recibirán ayuda y soluciones. Singapur se esmera por ser un país amable con sus habitantes, en todo sentido.
La maravilla más grande de Singapur es su orden y limpieza. Para mí, que venía escapando de la contaminación y el caos de Filipinas, llegar a Singapur fue como llegar al paraíso. Me recordó mucho mucho mucho a Sidney, queriendo ser una ciudad perfecta, esmerándose cada día para conseguirlo, educando a su gente e imponiendo leyes duras para quienes no actúen como se debe.
Por esta misma razón, muchos afuerinos dicen que los singapurenses son como máquinas. Lo escuché y me lo contaron varias veces. Dicen que no se divierten, y que trabajan y viven como robots. Y es que las leyes en serio son duras y todos deben seguirlas. No por nada es considerado también uno de loa países más seguros del mundo. Por ejemplo, al entrar a Singapur, la tarjeta que debes llenar con tus daños dice en letras grandes «Pena de muerte para el narcotráfico».
Otro ejemplo, es que un día consideraron que el chicle ensuciaba la ciudad, así que lo prohibieron en todo el país. Así tal cual. En Singapur no se vende chicle.
LAS OBSESIONES DE SINGAPUR.
Otra cosa que me sorprendió, fue que Singapur está obsesionada con ser amable y respetuosa con su gente. Para mí, llegó a ser divertido, pero para algunos singapurenses incluso llega a ser desesperante el ininterrumpido esfuerzo de las autoridades por hacer que el país se vea como el mejor lugar en el mundo para vivir.
En el metro puedes ver dibujitos que te invitan a ceder el asiento. Olivia se avergüenza de esto, porque no son simples señalizaciones, no, son monos para niños de tres años. «Nos tratan como si fuéramos niños de kinder» me dice.
La segunda obsesión de Singapur son las orquídeas. Su flor nacional. La aman y la veneran. Tienen calles con su nombre. Lugares de interés, malls, estaciones de metro, personas, etc. Todo tiene que ver con las orquídeas.
Los restaurantes las usan de adorno. También las puedes ver adornando los baños y rincones de los malls. Hay decenas de lugares con jardines de orquídeas. En los jardines botánicos hay un jardín nacional de orquídeas donde puedes ver todas las variedades de ellas (im-pre-sio-nan-te). Es lindo, sí, es hermoso. Pero es loco lo recargados de flores que están.
Y bueno. Al final me di cuenta que esta ciudad-estado es un imperdible del Sudeste Asiático. Tiene mucho que enseñarnos, y hay muchas reflexiones que podemos sacar de aquí. Hay muchas ideas sobre Singapur que debemos re-pensar ¿Será necesario ser tan duros? ¿Es acaso un país al que le falta identidad?
En una próxima entrada les contaré acerca de las cosas que se pueden hacer en Singapur. A dónde ir o qué comer. Por ahora ¡los dejo invitados a participar en los comentarios! ¿Qué les parece? ¿Se animan ahora a visitar este país? Y a los que ya fueron ¿Concuerdan conmigo? ¿Me faltó decir algo?
¡Saludos Viajeros!